¡Hola amores! Hoy vengo a hablar de dos cositas, una un poquito más triste, pero al final del post, tendréis una pequeña sorpresita.
Os encantan los animales, ¿a qué si? A mi también (excepto las serpientes, lo siento, es una fobia). Como decía, me encantan los animales, me encanta verlos libres, jugando, revolcándose en la hierba y bañándose en cualquier río que encuentren. Por supuesto, estoy en contra de cualquier maltrato animal, la tauromaquia y demás, pero no vengo a hablaros de eso.
Estoy segura que habéis escuchado la expresión "cruelty free", sobre todo últimamente y en temas de cosmética. Pues bien, hoy vengo a hablaros sobre la verdad que hay detrás de dicha expresión.
Cruelty free o libre de crueldad, es una expresión que se usa, muchas veces sin ser del todo cierta, en todos los productos, sobretodo cosmética, que no han sido testeados en animales. Y aunque la mayoría lo sepáis, os voy a comentar cual es el problema de que prueben esos productos en animales; el método es simple: Toxicidad de dosis repetidas. Los animales son forzados a ingerir o inhalar los productos cosméticos, o se les aplica dicho producto por su piel afectada durante muchos (demasiados) días. Estos animales pueden sufrir irritación en piel y ojos, envenenamiento, daño genético, y un montón de cosas horribles más. Lo peor de todo es que, cuando han presentado reacciones, todos mueren, pero el daño que han sufrido es terrible y no tiene límite.
Y yo ahora me pregunto, ¿es necesario que los animales, los cuales de ninguna de las formas van a tener un beneficio de ninguno de esos productos, pasen por todo eso?
Hoy en día, muchas marcas, sobretodo las grandes, están tratando de eliminar eso, aunque sea sólo por mejorar su imagen, y por eso aparecen en sus envases la expresión "cruelty free". Estos productos no se testean en animales, sino que gracias al desarrollo científico, se prueban en cultivo de células humanas y estudios de tejidos los productos de una forma más rápida, más económica y más sencilla, y sobretodo sin envenenar o dejar ciego o hacer sufrir hasta la muerte a ningún animal.
Bueno, y ahora la pequeña sorpresa:
Os cuento primero un poquito sobre la página COSMIC BEAUTY, una página en la que puedes encontrar productos de maquillaje a un precio bastante económico y que de verdad son cruelty free. Y en la que, si a la hora de pagar usáis el código "ChanelNo14" obtendréis un 20% de descuento en vuestra compra. Os dejo por aquí el link para que le echéis un vistazo: http://cosmicbeauty.life/
No os olvidéis de esos animalitos que sufren por nosotros, e intentad comprar marcas que de verdad sean cruelty free y no marcas que, además de maquillarnos a nosotras, maquillen la verdad.
lunes, 31 de julio de 2017
viernes, 28 de julio de 2017
Depresión
¿Qué es la depresión?
Es el momento en el que la tristeza se convierte en enfermedad. Eso quiere decir sentimientos muy fuertes de tristeza, incapacidad para afrontar el día, trabajar o, incluso, relacionarse con otras personas.
¿Cómo se vive desde dentro?
Supongo que en todas las personas es igual, ya que me he estado informando y hay diferentes tipos de depresión y diferentes causas. Yo, personalmente, en mi peor momento, no era la persona que siempre he sido. Intentaba en todo momento estar sola, no hablar con nadie. Odiaba que me preguntaran que qué me pasaba, porque lo que menos quería era contar nada. Lloraba, pero escondida en mi cuarto, cuando nadie me veía, y también intentaba ocultar que había llorado. Si mi madre me preguntaba que qué me pasaba, inventaba un millón de excusas para no contar nada (aunque a ella no la engañaba). Malcomía. A la hora de comer/cenar nunca tenía hambre, siempre tenía la excusa de que había picado algo, cuando en realidad era mentira. Mi vida se resumía en mentiras para hacer ver a los que estaban a mi alrededor que estaba bien, y lágrimas cuando estaba sola. Me aislé, me alejé tanto de de todo que llegué a alejarme de mi misma y, por desgracia, perdí una parte de mi vida que jamás recuperaré.
¿Lo peor hoy en día? Las caídas. A veces estás arriba y a veces abajo, el problema es que cuando es que cuando estás abajo, lo ves todo tan oscuro que crees que vuelves a estar como antes, y que ahora será más difícil salir. Y es que, por desgracia, la depresión es algo que siempre puede volver a aparecer.
Respuesta de un psicólogo a la pregunta: ¿Cómo le explicarías a alguien que no entiende de psicología lo que es la depresión?
Es un trastorno del estado de animo que se caracteriza por la apatía que es las ganas de no hacer nada, la anhedonia que es que aquello que antes te gustaba hacer ya no te gusta, es decir, que nada te motiva y luego otras como el sentimiento de culpa, la tristeza, dormir poco o dormir en exceso, comer poco etc. y en casos extremos la idea de suicidio. Igual es muy técnico pero resumiendo es que todo aquello que antes te llenaba, todas tus aficiones ya no te animan ni te hacen sentir mejor. Una pérdida de la capacidad de disfrute.
No hay un motivo claro para que la depresión te atrape, lo que si está claro es que hay que intentar que no nos gane la batalla. Si de verdad, después de leer esto, crees que necesitas ayuda porque de verdad sientes que tienes depresión, por favor, acude a un especialista; por ti y por la gente que te quiere.
Es el momento en el que la tristeza se convierte en enfermedad. Eso quiere decir sentimientos muy fuertes de tristeza, incapacidad para afrontar el día, trabajar o, incluso, relacionarse con otras personas.
¿Cómo se vive desde dentro?
Supongo que en todas las personas es igual, ya que me he estado informando y hay diferentes tipos de depresión y diferentes causas. Yo, personalmente, en mi peor momento, no era la persona que siempre he sido. Intentaba en todo momento estar sola, no hablar con nadie. Odiaba que me preguntaran que qué me pasaba, porque lo que menos quería era contar nada. Lloraba, pero escondida en mi cuarto, cuando nadie me veía, y también intentaba ocultar que había llorado. Si mi madre me preguntaba que qué me pasaba, inventaba un millón de excusas para no contar nada (aunque a ella no la engañaba). Malcomía. A la hora de comer/cenar nunca tenía hambre, siempre tenía la excusa de que había picado algo, cuando en realidad era mentira. Mi vida se resumía en mentiras para hacer ver a los que estaban a mi alrededor que estaba bien, y lágrimas cuando estaba sola. Me aislé, me alejé tanto de de todo que llegué a alejarme de mi misma y, por desgracia, perdí una parte de mi vida que jamás recuperaré.
¿Lo peor hoy en día? Las caídas. A veces estás arriba y a veces abajo, el problema es que cuando es que cuando estás abajo, lo ves todo tan oscuro que crees que vuelves a estar como antes, y que ahora será más difícil salir. Y es que, por desgracia, la depresión es algo que siempre puede volver a aparecer.
Respuesta de un psicólogo a la pregunta: ¿Cómo le explicarías a alguien que no entiende de psicología lo que es la depresión?
Es un trastorno del estado de animo que se caracteriza por la apatía que es las ganas de no hacer nada, la anhedonia que es que aquello que antes te gustaba hacer ya no te gusta, es decir, que nada te motiva y luego otras como el sentimiento de culpa, la tristeza, dormir poco o dormir en exceso, comer poco etc. y en casos extremos la idea de suicidio. Igual es muy técnico pero resumiendo es que todo aquello que antes te llenaba, todas tus aficiones ya no te animan ni te hacen sentir mejor. Una pérdida de la capacidad de disfrute.
No hay un motivo claro para que la depresión te atrape, lo que si está claro es que hay que intentar que no nos gane la batalla. Si de verdad, después de leer esto, crees que necesitas ayuda porque de verdad sientes que tienes depresión, por favor, acude a un especialista; por ti y por la gente que te quiere.
lunes, 24 de julio de 2017
Personas.
A lo largo de nuestra vida nos encontraremos con miles de personas. Unas quizás solo las veamos una vez, o puede que solo nos crucemos en la calle con alguien que no volverás a ver en una ciudad que no volverás a pisar.
También te encontraras con personas que solo están de paso. A veces marcan más, a veces pasan desapercibidos. Pero, al final, han formado parte de tu vida.
Y por último, tenemos a las personas que llegan para quedarse, y tú lo quieres así. Personas que llegan y sientes que te hacen crecer, que maduras poco a poco cuando estás con ellas, y que ellas maduran cuando están contigo. Personas con las que puedes terminar llorando de la risa, pero intentan sacarte una sonrisa cuando estás llorando, y de verdad que lo consiguen. Y hoy, amores, vengo a hablaros de una de esas personas.
Apareció en mi vida de una forma normal, nos conocimos en clase. Al principio puede que ni tan siquiera nos fijáramos el uno en el otro. Yo personalmente, estaba en una relación, la cual me estaba destruyendo tanto por dentro como por fuera, y no iba buscando ni tan siquiera nuevas amistades. Pero, al final, terminas compartiendo muchas horas al día con las personas con las que vas a clase, algunos días hasta doce horas juntos, y al final terminas hablando. No recuerdo exactamente como, pero un día terminamos volviendo a casa solos, y hablando de cosas sin sentido le terminé contando toda mi historia. Por lo que había pasado, lo que estaba viviendo, terminé llorando sin saber por qué narices le había contado todo a una persona que ni tan siquiera conocía. Él no respondió, solo me dio un abrazo. Me sentí tan protegida ahí que supe que él era alguien que tenía que quedarse en mi vida, a mi lado, no sabía exactamente la forma, pero se tenía que quedar.
Al poco tiempo, la que entonces era mi pareja y yo, terminamos. La relación llevaba tiempo muerta y yo solo sufría, y decidimos acabar ahí. Y él fue la primera persona en saberlo. No se por qué, pero tenía la necesidad de que él lo supiera. Recuerdo que era sábado, y él no dejó de hablarme a cada rato a ver como me sentía, incluso cuando llegó a casa, después de una noche de fiesta, me hablo para desearme buenas noches, aunque para mi ya eran buenos días. De repente sentí la tremenda necesidad de abrazarlo, y de que me abrazara. De que me protegiera de todo lo que me venía encima, y así lo hizo. El domingo estuvimos hablando todo el día, no recuerdo de qué, de cosas sin sentido posiblemente, pero ninguno de los dos quería acabar esa conversación. Esa misma tarde, prometimos que al día siguiente haríamos algo, y al día siguiente cumplimos nuestra palabra. Y así fue como comenzó nuestra historia, y os juro que fue el beso más bonito que nunca me habían dado.
Y si, hay salvación después de una relación tóxica. Y si, se puede levantar cabeza después de estar hecha mierda. Y si, puedes hacer todo lo que te propongas, puedes rehacer tu vida, sola o acompañada, eso lo eliges tú. Pero yo creo que hay momentos que se viven mejor si los compartes con alguien. Y yo, por suerte, tengo a alguien muy especial a mi lado.
domingo, 16 de julio de 2017
Un gran desconocido, GB.
Hace unos años, una niña pequeña de unos dos años jugaba en el parque de su pueblo con sus amiguitos. Cantaba, reía, saltaba, se divertía como cualquier niña de su edad puede hacerlo, sin preocupaciones y, mucho menos, sin tener ni la menor idea de lo que le iba a pasar. Algo malo estaba a punto de sucerderle pero, ¿qué podía ser? ¿Qué podía ocurrirle a una niña que solo jugaba?
Cuando llegó a casa, cayó al suelo. Su madre la levantó, pero al segundo volvió a caer. Tanto su padre como su madre pensaron que la primera vez que había caído se había hecho daño en el pie, y por eso le daba miedo ponerse en pie y volver a andar. La dejaron en el suelo, jugando con algún muñeco o con algo para lo que no sería necesario que se moviera del suelo.
Al día siguiente, la pequeña seguía sin andar, de modo que sus padres decidieron llevarla al médico. El pediatra de su pueblo dijo que, al ser hija única, estaba muy mimada, y que por eso no quería andar. Pasó una semana, y aquella niña seguía sin andar, así que decidieron llevarla a otros médicos. Los otros tampoco sabían nada, y aunque las pruebas no lo afirmaban, pensaron que tenía un problema grave en las piernas; una invalidez o algo parecido, pero eso tampoco era posible puesto que las piernas las movía y tenía sensibilidad en ellas.
Como último recurso, iban a llevarla al hospital de Vitoria, ya que decían que era uno de los mejores y que allí se encontraban los mejores pediatras. Quizás allí pudieran averiguar lo que le pasaba. Antes de llevarla, su madre habló con una chica que tenía una hija que al nacer tuvo muchos problemas, y ella le dio el teléfono de un pediatra más cercano, él que ayudó a su hija a resolver sus problemas, ya que tampoco perdía nada por intentarlo con otro más antes de ir a Vitoria.
A los dos días tenías cita con aquel médico. La pequeña lloraba y lloraba, había dejado hasta de comer. Cuando le dijeron al pediatra los síntomas que tenía la niña, él dijo que la ingresaran inmediatamente, que él se cambiaba e iba al hospital.
Le hicieron muchísimas pruebas y, efectivamente, era lo que él sospechaba. Esa niña tenía una rara enfermedad que se llamaba Guillain Barré. Era algo normal que nadie supiera nada sobre aquella enfermedad, puesto que ella era el caso número catorce en España. Lo que también era raro es que aquel médico lo supiera y es que, su hijo, se quedó paralítico por dicha enfermedad. Por eso, solo al oír los síntomas, mandó ingresarla y dijo que él se encargaría de la niña.
Cuando la ingresaron, la pequeña tenía los pulmones encharcados, y quizás, unas pocas horas después, hubiera sido demasiado tarde.
Día a día le llevaban la medicina desde Barcelona. Un día, el pediatra de su pueblo entró llorando, muy arrepentido, de lo que había pasado. El padre de la niña, muy enfadado porque apenas se había molestado en la historia de su pequeña, le dijo que se fuera de allí y que nunca volviera a verla. El pidió perdón, pero la verdad, no era un perdón fácil. Día a día, hora a hora, la pequeña recibía visitas de médicos de toda España, también muchos regalos y muchos dulces para animarla. A pesar del miedo que tenía a las batas blancas, fue muy valiente, y dejó que todos le reconociesen, y jugasen con ella.
A los cinco días le dieron el alta. Le dijeron que tendría que estar muchísimo tiempo en rehabilitación y que, posiblemente, le costaría aproximadamente un año en volver a andar. Cuando llegó a casa para sus padres fue como volver a empezar, empezar a ponerle pañales, volver a comer todo en purés… como volver a tener un bebé pequeño en casa.
Apenas pasaron quince o veinte días, la pequeña niña entraba al hospital, al aula de rehabilitación, andando de la mano de su madre. ¡Parecía un milagro! Para el médico que la trató ella era como un ángel.
A día de hoy, su historial médico se encuentra en el hospital de Pamplona.
Y sí, hoy, a mis veinte años, estoy muy orgullosa de decir que esa niña pequeña era yo, y que, gracias a Dios, estoy fuera de peligro. También estoy orgullosa de que gracias a mi caso, en España se conozca más esta enfermedad, y que poco a poco, sea mucho más fácil prevenirla y por supuesto curarla.
Cuando llegó a casa, cayó al suelo. Su madre la levantó, pero al segundo volvió a caer. Tanto su padre como su madre pensaron que la primera vez que había caído se había hecho daño en el pie, y por eso le daba miedo ponerse en pie y volver a andar. La dejaron en el suelo, jugando con algún muñeco o con algo para lo que no sería necesario que se moviera del suelo.
Al día siguiente, la pequeña seguía sin andar, de modo que sus padres decidieron llevarla al médico. El pediatra de su pueblo dijo que, al ser hija única, estaba muy mimada, y que por eso no quería andar. Pasó una semana, y aquella niña seguía sin andar, así que decidieron llevarla a otros médicos. Los otros tampoco sabían nada, y aunque las pruebas no lo afirmaban, pensaron que tenía un problema grave en las piernas; una invalidez o algo parecido, pero eso tampoco era posible puesto que las piernas las movía y tenía sensibilidad en ellas.
Como último recurso, iban a llevarla al hospital de Vitoria, ya que decían que era uno de los mejores y que allí se encontraban los mejores pediatras. Quizás allí pudieran averiguar lo que le pasaba. Antes de llevarla, su madre habló con una chica que tenía una hija que al nacer tuvo muchos problemas, y ella le dio el teléfono de un pediatra más cercano, él que ayudó a su hija a resolver sus problemas, ya que tampoco perdía nada por intentarlo con otro más antes de ir a Vitoria.
A los dos días tenías cita con aquel médico. La pequeña lloraba y lloraba, había dejado hasta de comer. Cuando le dijeron al pediatra los síntomas que tenía la niña, él dijo que la ingresaran inmediatamente, que él se cambiaba e iba al hospital.
Le hicieron muchísimas pruebas y, efectivamente, era lo que él sospechaba. Esa niña tenía una rara enfermedad que se llamaba Guillain Barré. Era algo normal que nadie supiera nada sobre aquella enfermedad, puesto que ella era el caso número catorce en España. Lo que también era raro es que aquel médico lo supiera y es que, su hijo, se quedó paralítico por dicha enfermedad. Por eso, solo al oír los síntomas, mandó ingresarla y dijo que él se encargaría de la niña.
Cuando la ingresaron, la pequeña tenía los pulmones encharcados, y quizás, unas pocas horas después, hubiera sido demasiado tarde.
Día a día le llevaban la medicina desde Barcelona. Un día, el pediatra de su pueblo entró llorando, muy arrepentido, de lo que había pasado. El padre de la niña, muy enfadado porque apenas se había molestado en la historia de su pequeña, le dijo que se fuera de allí y que nunca volviera a verla. El pidió perdón, pero la verdad, no era un perdón fácil. Día a día, hora a hora, la pequeña recibía visitas de médicos de toda España, también muchos regalos y muchos dulces para animarla. A pesar del miedo que tenía a las batas blancas, fue muy valiente, y dejó que todos le reconociesen, y jugasen con ella.
A los cinco días le dieron el alta. Le dijeron que tendría que estar muchísimo tiempo en rehabilitación y que, posiblemente, le costaría aproximadamente un año en volver a andar. Cuando llegó a casa para sus padres fue como volver a empezar, empezar a ponerle pañales, volver a comer todo en purés… como volver a tener un bebé pequeño en casa.
Apenas pasaron quince o veinte días, la pequeña niña entraba al hospital, al aula de rehabilitación, andando de la mano de su madre. ¡Parecía un milagro! Para el médico que la trató ella era como un ángel.
A día de hoy, su historial médico se encuentra en el hospital de Pamplona.
Y sí, hoy, a mis veinte años, estoy muy orgullosa de decir que esa niña pequeña era yo, y que, gracias a Dios, estoy fuera de peligro. También estoy orgullosa de que gracias a mi caso, en España se conozca más esta enfermedad, y que poco a poco, sea mucho más fácil prevenirla y por supuesto curarla.
jueves, 13 de julio de 2017
Sociedad ¿liberal?
Vivimos en una sociedad en la que se supone que tenemos la mente abierta, que vemos a una pareja de homosexuales en la calle y lo vemos algo normal, aunque si luego, a la hora de hablar de esas personas, lo primero que recalquemos de ellos sea su inclinación sexual. En una sociedad en la que no se discrimina, se supone, por ser de un sexo u otro, o incluso, a personas que sienten que nacieron en el cuerpo equivocado. En una sociedad en la que una persona que tiene piercings y tatuajes puede tener el mismo trabajo que una persona que no los tiene, cuando esto antes no era así.
Se supone que vivimos en ese tipo de sociedad, que aunque en la mayoría de las veces fallamos en todos esos propósitos, la seguimos defendiendo a capa y espada.
Pero, ¿cómo educamos a los más pequeños, a los que son el futuro de esta sociedad? ¿De verdad les abrimos tanto la mente desde bien niños para que cuando empiecen a pensar por si mismos puedan decidir? ¿O ya les intentamos inculcar algo que nosotros creemos que está bien y que en realidad no es nada "liberal"?
Hablemos de un niño, cualquiera, de entre 12 y 15 años. Ve a un grupo de amigos algo mayor que él, por la tarde en un parque, bebiendo un litro de cerveza y fumando porros. Ese niño ya piensa, sin conocerles personalmente, que esos chicos ya son malos. Esa idea, ¿de verdad es suya o se la han inculcado en su casa desde pequeño? (Con esto no defiendo las drogas, ni estoy a favor de que niños tan jóvenes las consuman, cada uno hace lo que quiere, que para eso es libre. Esto era un ejemplo).
Ahora hablemos de otra niña de aproximadamente la misma edad que el anterior, ve a una pareja de niños de su misma edad, más o menos, van de la mano y se les ve felices por el simple hecho de que están juntos. Esa niña piensa que la otra niña a la que vio ya es un poco "ligerilla" por ir de la mano con un chico siendo tan jóvenes. ¿Esa idea también es suya? ¿Por qué unos niños, tengan la edad que tengan, no pueden sentir que están enamorados? ¿No será que le han metido la idea de que no puede ir con chicos en su casa (en plan relación, no amigos)?
Sinceramente, no entiendo esta sociedad. Se nos llena la boca hablando de libertad, y de que respetamos todo y a todos, y no sabemos inculcar esa idea a nuestros niños. Vale que queramos protegerles, que queramos lo mejor para ellos, que nunca les hagan daño, que siempre estén protegidos, que nunca se equivoquen. Pero yo tengo una opinión más allá:
Por supuesto que hay que educarles, enseñarles lo que está bien y lo que está mal, cuidarlos y enseñarles que a se cuiden ellos mismos, pero también hay una parte que son ellos mismos los que la tienen que aprender. Tienen que experimentar, tienen que ver, conocer. Tienen que pegarse hostias, como todo el mundo, y aprender a levantarse. Tienen que aprender que no se puede vivir siempre en el regazo de papá y mamá, que hay que buscarse la vida. Que una persona puede fumar y beber y no por eso ser mala persona, quizá la persona que más buena parece, es la que más daño te puede hacer.
Se supone que vivimos en ese tipo de sociedad, que aunque en la mayoría de las veces fallamos en todos esos propósitos, la seguimos defendiendo a capa y espada.
Pero, ¿cómo educamos a los más pequeños, a los que son el futuro de esta sociedad? ¿De verdad les abrimos tanto la mente desde bien niños para que cuando empiecen a pensar por si mismos puedan decidir? ¿O ya les intentamos inculcar algo que nosotros creemos que está bien y que en realidad no es nada "liberal"?
Hablemos de un niño, cualquiera, de entre 12 y 15 años. Ve a un grupo de amigos algo mayor que él, por la tarde en un parque, bebiendo un litro de cerveza y fumando porros. Ese niño ya piensa, sin conocerles personalmente, que esos chicos ya son malos. Esa idea, ¿de verdad es suya o se la han inculcado en su casa desde pequeño? (Con esto no defiendo las drogas, ni estoy a favor de que niños tan jóvenes las consuman, cada uno hace lo que quiere, que para eso es libre. Esto era un ejemplo).
Ahora hablemos de otra niña de aproximadamente la misma edad que el anterior, ve a una pareja de niños de su misma edad, más o menos, van de la mano y se les ve felices por el simple hecho de que están juntos. Esa niña piensa que la otra niña a la que vio ya es un poco "ligerilla" por ir de la mano con un chico siendo tan jóvenes. ¿Esa idea también es suya? ¿Por qué unos niños, tengan la edad que tengan, no pueden sentir que están enamorados? ¿No será que le han metido la idea de que no puede ir con chicos en su casa (en plan relación, no amigos)?
Sinceramente, no entiendo esta sociedad. Se nos llena la boca hablando de libertad, y de que respetamos todo y a todos, y no sabemos inculcar esa idea a nuestros niños. Vale que queramos protegerles, que queramos lo mejor para ellos, que nunca les hagan daño, que siempre estén protegidos, que nunca se equivoquen. Pero yo tengo una opinión más allá:
Por supuesto que hay que educarles, enseñarles lo que está bien y lo que está mal, cuidarlos y enseñarles que a se cuiden ellos mismos, pero también hay una parte que son ellos mismos los que la tienen que aprender. Tienen que experimentar, tienen que ver, conocer. Tienen que pegarse hostias, como todo el mundo, y aprender a levantarse. Tienen que aprender que no se puede vivir siempre en el regazo de papá y mamá, que hay que buscarse la vida. Que una persona puede fumar y beber y no por eso ser mala persona, quizá la persona que más buena parece, es la que más daño te puede hacer.
Hay que ayudarles a descubrir, desde luego, pero hay una parte del camino que la tienen que hacer ellos mismos, no poderlos hacerla por ellos, porque nunca aprenderán.
martes, 11 de julio de 2017
Studio Ghibli.
¡Hola amores! Hoy vengo a hablaros de uno de los mayores descubrimientos de mi vida, y si, como podéis leer en el título, vengo a hablaros del Studio Ghibli.
Studio Ghibli es un estudio de animación japonés, el cual mucha gente compara con Disney. Bajo mi punto de vista, no tienen comparación, principalmente por la diferencia de culturas y, después, porque las películas tienen tramas completamente diferentes.
¿Para mi cual es mejor? Sinceramente no lo se, para gustos los colores, pero personalmente, puede que por la etapa de mi vida en la que estoy, me transmiten muchísimo más sentimientos las películas del Studio Ghibli (contando que termino llorando con las de ambos estudios).
Ahora os contaré un poco mi historia, como lo descubrí.
Bueno, la primera película de Ghibli que vi fue "El viaje de Chihiro", y me encantó. Sinceramente, cuando la vi, sabía que era japonesa (y en ese entonces, ni me gustaba ni tenía el interés que tengo ahora por Japón y su cultura), y por eso al principio la vi con un poco de reparo, pero terminé enamorada. La cosa era que yo no sabía ni de donde había salido esa película, ni qué era el Studio Ghibli ni, mucho menos, quien era Hayao Miyazaki (el que para mi es uno de los mejores animadores que ha habido y que habrá).
Un día, cuando ya había pasado algún tiempo, no se exactamente cuanto pero bastante, vi en Twitter un vídeo de dicha película, y ponía al final: "Hayao Miyazaki, Studio Ghibli", así que me puse a investigar, y ahí morí de amor.
Empecé a ver películas que pertenecían a ese estudio, a apuntar títulos, cada personaje que veía me parecía más adorable que el anterior; hasta que vi a Totoro, y desde entonces quiero un peluche suyo a tamaño real (aunque se que es imposible).
Como recomendación, para los que no hayan oído hablar del Studio Ghibli, buscad cualquiera de sus películas, veréis que os encantará.
La última película que vi del Studio Ghibli fue "La tumba de las luciérnagas". No es spoiler, pero no he visto película más triste y bonita a la vez nunca, al menos de animación. Y para ser tan vieja (1988), la animación es muy buena y, como todas las películas de este estudio, te enganchan desde el momento uno, y aunque tengas la cara empapada de lágrimas, no puedes dejar de verla.
Y, como final, si, recomiendo el Studio Ghibli y todas y cada una de las películas que tiene.
Studio Ghibli es un estudio de animación japonés, el cual mucha gente compara con Disney. Bajo mi punto de vista, no tienen comparación, principalmente por la diferencia de culturas y, después, porque las películas tienen tramas completamente diferentes.
¿Para mi cual es mejor? Sinceramente no lo se, para gustos los colores, pero personalmente, puede que por la etapa de mi vida en la que estoy, me transmiten muchísimo más sentimientos las películas del Studio Ghibli (contando que termino llorando con las de ambos estudios).
Ahora os contaré un poco mi historia, como lo descubrí.
Bueno, la primera película de Ghibli que vi fue "El viaje de Chihiro", y me encantó. Sinceramente, cuando la vi, sabía que era japonesa (y en ese entonces, ni me gustaba ni tenía el interés que tengo ahora por Japón y su cultura), y por eso al principio la vi con un poco de reparo, pero terminé enamorada. La cosa era que yo no sabía ni de donde había salido esa película, ni qué era el Studio Ghibli ni, mucho menos, quien era Hayao Miyazaki (el que para mi es uno de los mejores animadores que ha habido y que habrá).
Un día, cuando ya había pasado algún tiempo, no se exactamente cuanto pero bastante, vi en Twitter un vídeo de dicha película, y ponía al final: "Hayao Miyazaki, Studio Ghibli", así que me puse a investigar, y ahí morí de amor.
Empecé a ver películas que pertenecían a ese estudio, a apuntar títulos, cada personaje que veía me parecía más adorable que el anterior; hasta que vi a Totoro, y desde entonces quiero un peluche suyo a tamaño real (aunque se que es imposible).
Como recomendación, para los que no hayan oído hablar del Studio Ghibli, buscad cualquiera de sus películas, veréis que os encantará.
Y, como final, si, recomiendo el Studio Ghibli y todas y cada una de las películas que tiene.
viernes, 7 de julio de 2017
Regalos de Internet.
¡Hola amores! Como habéis visto en el título del vídeo, hoy vengo a hablaros de los regalos que puedes conseguir a través de Internet, y por esta vez, no me refiero a regalos materiales.
Y es que, en Internet, he encontrado a personas maravillosas. Si, se todo eso de que en Internet la gente miente mucho, que hay gente que falsifica identidades, etc etc. Os prometo que lo se.
Pero también puedes encontrar a personas de verdad, de esas que a pesar de la distancia, las sientes cerca, de esas que te encantaría achuchar y llenar de besos y, en ocasiones, cogerles de la mano y decirles: "Hey, no te preocupes, todo va a estar bien, yo estoy aquí". Pero no puedes, porque hay cientos de kilómetros que te lo impiden, y a veces esos kilómetros duelen, sobretodo cuando te están pidiendo un abrazo a gritos y tu no puedes dárselo.
No os voy a decir que todo el mundo con el que habláis por Internet sea así, y que no te van a mentir nunca, y que todas las personas siempre te van ayudar, pero tampoco os puedo decir que no os fiéis de nadie, que te van a mentir y se van a reir de ti.
Quizá yo tuve mucha suerte con determinadas personas, quizá encontré a la persona determinada en el momento determinado, pero las encontré. Por eso, le agradezco a Internet y a algunas redes sociales por acercármelas, por ponerlas en mi camino y, sobretodo, por no alejarlas de mi.
Y es que, en Internet, he encontrado a personas maravillosas. Si, se todo eso de que en Internet la gente miente mucho, que hay gente que falsifica identidades, etc etc. Os prometo que lo se.
Pero también puedes encontrar a personas de verdad, de esas que a pesar de la distancia, las sientes cerca, de esas que te encantaría achuchar y llenar de besos y, en ocasiones, cogerles de la mano y decirles: "Hey, no te preocupes, todo va a estar bien, yo estoy aquí". Pero no puedes, porque hay cientos de kilómetros que te lo impiden, y a veces esos kilómetros duelen, sobretodo cuando te están pidiendo un abrazo a gritos y tu no puedes dárselo.
No os voy a decir que todo el mundo con el que habláis por Internet sea así, y que no te van a mentir nunca, y que todas las personas siempre te van ayudar, pero tampoco os puedo decir que no os fiéis de nadie, que te van a mentir y se van a reir de ti.
Quizá yo tuve mucha suerte con determinadas personas, quizá encontré a la persona determinada en el momento determinado, pero las encontré. Por eso, le agradezco a Internet y a algunas redes sociales por acercármelas, por ponerlas en mi camino y, sobretodo, por no alejarlas de mi.
Ojalá la gente que siga conociendo, siga siendo igual de buena, siga teniendo la misma suerte. Y ojalá, por mucho tiempo que pase, siga teniendo a mi lado, aunque a kilómetros, a personas así.Hoy si, y de verdad, gracias Internet.
martes, 4 de julio de 2017
¿Qué es la amistad?
La amistad, según la RAE, es un afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato.
Y si, la amistad tiene que ser desinteresada, si alguien te quiere solo cuando tienes algo que le interesa o le puedes conseguir algo que quiere, por mucho que te duela, no es tu amigo. Y hoy vengo a hablaros de un gran ejemplo de amistad.
Teníamos menos de tres años cuando nos conocimos, en la guarde, y nunca nos llevamos mal, pero si que es verdad que hasta los once o doce años no empezamos a tener más relación. Hemos pasado juntas por un montón de cosas, desde estar rodeadas por un montón de personas, hasta pasar un verano completamente solas, y ¿sabéis lo que os digo? Que a día de hoy, después de todo lo que he vivido, no cambio ese verano por nada del mundo, y tampoco cambio ningún momento con ella, ni tampoco la cambio a ella.
A día de hoy tenemos 20 años, y ya no corremos por las calles jugando a polis y cacos, y puede que tampoco hablemos todos los días, pero estamos ahí, la una para la otra. Y puede que no salgamos juntas de fiesta, pero estamos ahí cuando tenemos un problema. Y para mi eso es la amistad de verdad, poder salir juntas de fiesta, pero cuando estamos mal y sentimos que nada va bien y que el resto del mundo no nos entiende, estamos juntas. Y para mi eso lo es todo.
Y si, la amistad tiene que ser desinteresada, si alguien te quiere solo cuando tienes algo que le interesa o le puedes conseguir algo que quiere, por mucho que te duela, no es tu amigo. Y hoy vengo a hablaros de un gran ejemplo de amistad.
Teníamos menos de tres años cuando nos conocimos, en la guarde, y nunca nos llevamos mal, pero si que es verdad que hasta los once o doce años no empezamos a tener más relación. Hemos pasado juntas por un montón de cosas, desde estar rodeadas por un montón de personas, hasta pasar un verano completamente solas, y ¿sabéis lo que os digo? Que a día de hoy, después de todo lo que he vivido, no cambio ese verano por nada del mundo, y tampoco cambio ningún momento con ella, ni tampoco la cambio a ella.
A día de hoy tenemos 20 años, y ya no corremos por las calles jugando a polis y cacos, y puede que tampoco hablemos todos los días, pero estamos ahí, la una para la otra. Y puede que no salgamos juntas de fiesta, pero estamos ahí cuando tenemos un problema. Y para mi eso es la amistad de verdad, poder salir juntas de fiesta, pero cuando estamos mal y sentimos que nada va bien y que el resto del mundo no nos entiende, estamos juntas. Y para mi eso lo es todo.
Y es que, al final es verdad eso de que los amigos son la familia que elegimos. Y yo, sinceramente, no he podido elegir a una hermana mejor, porque puede que no tengamos la misma sangre, pero tenemos algo que nos une más fuertemente.
Te quiero hermana, siempre de verdad.
PD: Un millón de felicidades a uno de los pilares de mi vida, no se que haría sin ti en algunos momentos. Por seguir compartiendo cumpleaños juntas.